Against Ana & Mia

Yo tuve anorexia y bulimia.

Cuando un adolescente se suicida, los demás dicen "estaba loco". Lo que no tratan de comprender es que puede ser tan malo cómo para que una persona decida quitarse la vida.

lunes, 16 de diciembre de 2013

Consecuencias físicas de la anorexia.


Recuerde que la anorexia nerviosa está catalogada como una enfermedad psiquiátrica con complicaciones físicas y mentales. Esto quiere decir que debido a la falta de una alimentación adecuada, el cuerpo puede verse seriamente afectado.
-          Desordenes en el funcionamiento regular de algunos órganos del cuerpo como los riñones y el hígado.
-          Complicaciones cardiovasculares severas como irregularidades en el ritmo cardiaco, presión baja y ritmo cardiaco bajo.
-          Estreñimiento.
-          Dolor abdominal.
-          Anemia.
-          Descalcificación en los dientes.
-          Cabella delgado y opaco.
-          Lanugo.
-          Osteoporosis.
-          Amenorrea.
-          Insomnio.
-          Las heridas toman más tiempo de lo normal para sanar.
-          Desmayos y mareos.


¿Qué es la anorexia nerviosa?

SEGUNDA PARTE
¿Qué es la anorexia nerviosa?
Los anoréxicos, por lo general, saben mucho de nutrición, leen bastante sobre el tema y saben perfectamente cuáles alimentos engordan más que otros, cuántas calorías ingieren con cada alimento, cuales son las proporciones indicadas para adelgazar, etc.
Es importante anotar que las personas que tienen anorexia, bulimia o trastornos por atracones pueden a veces presentar una comorbilidad, es decir, desarrollar otra u otras enfermedades psiquiátricas al tiempo, por ejemplo un trastorno de ansiedad (trastorno obsesivo compulsivo) o un trastorno afectivo (como una depresión). No necesariamente todas las personas que padecen un trastorno de comportamiento alimenticio presentan también las otras enfermedades, aunque sí es común.
Esto quiere decir, por ejemplo, que la obsesión que estas personas tienen por la comida podría constituirse en una problemática extra. Es decir, en otra enfermedad además de la anorexia. La autoestima de los anoréxicos es muy baja. El concepto que tienen de sí mismos depende mucho de la opinión de los demás. Es muy común encontrar a los anoréxicos preguntándole a otros sobre su apariencia física: cómo se ven, cómo lucen, si están bien de peso, etc. Sin embargo, hay un momento en  el desarrollo de la enfermedad en el que las personas con anorexia comienzan a aislarse socialmente. Esto se debe a varias razones: sienten vergüenza de sí mismos, de su cuerpo. Sienten mucha ansiedad frente a la comida, están irritables, por lo general de mal genio, y se vuelven un poco intolerantes con los demás.
También, los anoréxicos pueden hacer de la preparación de sus alimentos todo un ritual. Por ejemplo, podrían limpiar perfectamente de grasa las carnes, cortar porciones milimétricamente porque no deben comer más de la cuenta o esconder los alimentos así no se los vayan a comer. Son muchas maneras en que esto se presenta. Parecerá absurdo, pero a muchos anoréxicos le encanta cocinar. Suelen preparar comidas apetitosas para los demás, se empeñan en que otros las prueben y se las coman, pero ellos no.
Cuando la enfermedad se torna más crítica, las mujeres dejan de menstruar y los hombres pierden el deseo sexual. Muchos pacientes se vuelven hiperactivos, niegan la fatiga y comienzan a hacer ejercicio compulsivamente. A medida que la enfermedad avanza, estas personas se tornan depresivas, irritables, muestran fluctuaciones drásticas en su estado de ánimo. Se convierten en seres muy contradictorias: aparentan una cosa y por dentro sienten otra. Por lo general, tienen problemas para expresar sus sentimientos.
Las personas que tienen anorexia se sienten orgullosas de su condición. Para ellas es un gran logro estar delgadas y poder controlar los alimentos que ingieren. Por eso no piden ayuda y se niegan rotundamente a ser atendidas y a comer. Son completamente reacias a admitir que tienen una enfermedad. Precisamente por esto lo padres y amigos deben insistirles en que busquen el tratamiento indicado. Si los padres o las personas cercanas no son los que se dan cuenta de que la persona tiene una enfermedad y la ayudan a buscar un tratamiento, es difícil que de ella misma surja el deseo de buscar asistencia profesional.
La anorexia nerviosa es una enfermedad seria y muy grave que no debe ser tomada a la ligera. No es raro escuchar a personas con sobrepeso decir que desearían tener anorexia nerviosa para adelgazar. Esta enfermedad no es un chiste, ni un capricho de la persona. Es una dolencia peligrosa que no debe pasar desapercibida. Actualmente, un porcentaje de las personas que tienen anorexia nerviosa mueren debido a las graves alteraciones que sufre el organismo.
La anorexia nerviosa, como ya se mencionó, no es una enfermedad sencilla. Es una enfermedad donde confluyen muchas disfunciones de factores psicológicos, biológicos y socioculturales, que, como un volcán, hacen erupción en la anorexia. De ahí su complejidad para poder llegar a manejarla.
Cuando a una persona se le diagnostica anorexia nerviosa no debe pensar: “Listo, ya sé lo que tengo. Ahora ya me curo”. No. Llegar a manejar el trastorno es un trabajo dispendioso que toma tiempo – hay personas que requieren tratamiento por varios años y supervisión continua por el resto de su vida –. Ésta es una enfermedad que requiere esfuerzo y constancia para controlarla. Además, por lo general las recaídas son frecuentes, de ahí que sea necesario mantenerse alerta incluso después de haber terminado el tratamiento.


GÁFARO Alejandra, Anorexia y Bulimia, Ed. Norma, Colombia, 2001.

domingo, 15 de diciembre de 2013

¿Qué es la anorexia nerviosa?

PRIMERA PARTE
¿Qué es la anorexia nerviosa?
Literalmente, anorexia nerviosa quiere decir “pérdida del apetito debido a un desorden mental”. A diferencia de lo que mucha gente cree, la anorexia nerviosa no es una enfermedad nueva ni exclusiva de la modernidad. Los primeros casos de esta enfermedad se registraron en la Edad Media. En ese entonces el término ‘anorexia nerviosa’ no se conocía como tal, pero los registros médicos de la época describen casos de pacientes con los mismos síntomas que hoy se le adjudican a la anorexia nerviosa.
La primera descripción médica de un caso de anorexia se realizó en 1694 por el doctor R. Morton, quien la diagnosticó en una jovencita de 18 años. En ese entonces sólo describió algunos síntomas como la pérdida de peso, temperatura baja, frecuentes desmayos e interrupción de la menstruación. Sin embargo, el término ‘anorexia nerviosa’ como tal, tan sólo fue acuñado en 1874 por William Gull. Desde ese momento, es típica la aparición de esta enfermedad en adolescentes, con mayor preponderancia en las mujeres.
En 1914 la anorexia se confunde con otra afección, conocida como enfermedad de Simmonds, que consiste en una insuficiente de la glándula pituitaria. Hasta 1940 vuelven a resurgir las teorías acerca de que el origen de la anorexia nerviosa es psicológico, y sólo hasta 1950 la enfermedad adquiere identidad propia. Es decir, se le reconoce como una enfermedad psiquiátrica. La definición más precisa está en el DSM – IV, que determina que una persona tiene anorexia nerviosa cuando se niega a mantener el peso normal que le corresponde según su altura y edad, es decir, pesa menos de 85% de lo que debería pesar según su estatura y edad, presenta una suspensión del ciclo menstrual por tres periodos consecutivos o no desarrolla el ciclo menstrual si se trata de una niña en etapa premenstrual, tiene miedo intenso de ganar peso o engordar, niega frente a los demás estar muy delgada, permanentemente se siente gorda a pesar de su bajo peso, no le da importancia a su bajo peso ni a su apariencia física y no tiene ninguna enfermedad física que sea motivo de su bajo peso.
Así, hoy la anorexia nerviosa está catalogada como una enfermedad psiquiátrica en la que la persona tiene una percepción distorsionada de su cuerpo y no se ve ni se concibe a sí misma físicamente como realmente es. Las personas con anorexia tienen mucho miedo a engordar. No importa qué tan delgados estén, siempre se ven ‘gordas’ frente al espejo. Para ellas estar gordas es un problema muy grave que desencadena otros más, como ser rechazadas por los demás o no triunfar ni tener éxito en la vida.
Debido al inmenso temor por ganar peso que sienten, estas personas dejan de comer, hacen mucho ejercicio e incluso recurren a purgantes o vómitos inducidos para no asimilar los alimentos ingeridos. Por lo general, los anoréxicos son personas de carácter fuerte, de manera que se mantienen firmes en sus convicciones de no ganar peso. Para ellos es un logro y un éxito poder controlar de manera estricta la ingesta de alimentos. Por el contrario, ganar un gramo de peso es un fracaso y engordar es una vergüenza. Sin embargo, a pesar de lo que se cree, la anorexia no está motivada por un sentimiento o un deseo de verse delgado o hermoso, por el contrario, la obsesión que los anoréxicos desarrollan por no ganar peso es porque se sienten poco atractivos, feos, no merecedores de nada bueno en la vida e inadecuados para ser felices.
Los individuos con anorexia concentran su vida en torno a la comida, son personas  que viven ofuscadas por la comida, por la cantidad de calorías ingeridas, por su peso y su físico. Por eso, son seres que se pesan a diario, cuentan las calorías que se comen y siempre están haciendo dieta.

A pesar de que la definición literal dice que la anorexia es una pérdida del apetito, a las personas con anorexia sí les da hambre. El hambre se manifiesta en el cuerpo con dolor de cabeza, decaimiento o fatiga, entre otros, por igual en todas las personas. Sin embargo, los individuos con anorexia no tienen la capacidad (porque la han perdido) de decir en su mente “Estos síntomas son hambre”. Es decir, no le ponen el nombre de ‘hambre’ a los síntomas físicos, pero el cuerpo sí los siente. Básicamente es un problema de rotulación, la palabra ‘hambre’ no está asociada con los síntomas físicos del hambre.


GÁFARO Alejandra, Anorexia y Bulimia, Ed. Norma, Colombia, 2001.

Anorexia y Bulimia

INTRODUCCIÓN

Comer es uno de los placeres más grandes de la vida para la gran mayoría de los seres humanos. Comer no es sólo un acto de supervivencia, salvo casos extremos. Es rara la cultura que no le otorga a la comida un lugar preponderante en la celebración de sus fiestas y rituales: se cocina de una manera especial para honrar a algunos invitados, para celebrar una fecha importante o simplemente para mejorar los estados de ánimo.
No sé come sólo por comer, se le confiere valor a los alimentos. No solo valor nutricional sino también valores morales y hasta afectivos.
En varias religiones se prohíben algunos alimentos. Hay comidas específicas para conmemorar fechas especiales y otras deben evitarse en ciertos momentos. No es raro observar que algunas religiones guardan ayuno para alcanzar niveles más espirituales o para hacerse más santos castigando le cuerpo.
Alrededor de la comida también se ciernen tradiciones y  profesiones. Son muy comunes las expresiones como “el buen comer”, “el arte de la cocina”, “la buena mesa”. “saber comer”, etc.
Hay amantes de la cocina, chefs famosos, recetas reconocidas  nivel mundial, recetas tradicionales que han perdurado a través de los años y hasta secretos de cocina.
Comer hace parte de la vida diaria. Es un acto personal y social, que involucra muchos aspectos ligados al ser: el gusto, las creencias, el ánimo, las circunstancias, los afectos, los deseos, las frustraciones y, en fin, miles de sentimientos que se conjugan alrededor de una mesa y frente a un plato.
Es compleja la manera como las personas desarrollan su relación con los alimentos. Estos son un medio para canalizar sus alegrías, por ejemplo en las celebraciones y también para canalizar sus desgracias.
La subsistencia es tan solo el primes eslabón de dicha relación; las costumbres, los gustos, los afectos, los estados de ánimo construyen los demás niveles de relación. Sin embargo, es posible llegar a perder la relacione correcta y adecuada con los alimentos y esto es lo que se conoce como trastorno del comportamiento alimenticio. Los trastornos del comportamiento alimenticio comprenden básicamente tres enfermedades: la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y los trastornos no especificados, como los trastornos por atracones. Los tres trastornos están catalogados como enfermedades psiquiátricas con complicaciones físicas, es decir que afectan el estado normal del cuerpo y ponen en riesgo la salud física y mental.
Todos los trastornos son enfermedades complejas, de difícil tratamiento, pero no imposible y todas pueden llegar a manejarse. Como se podrá ver, son muchos los factores que están en juego cuando se altera la relación normal de una persona con sus hábitos alimenticios. Aseverar que la culpa es de los medios de comunicación, de la publicidad, de los nuevos patrones que rigen el parámetro de belleza, como suele creerse hoy en día, es incorrecto.
Los trastornos, por lo general, provienen de problemas psicológicos internos arraigados en la persona desde la infancia y posiblemente acentuados por las circunstancias socioculturales.
Es verdad que estos aspectos tienen una gran influencia, pero de ninguna manera son el origen de un trastorno del comportamiento alimenticio.


GÁFARO Alejandra, Anorexia y Bulimia, Ed. Norma, Colombia, 2001.

viernes, 16 de agosto de 2013

¿Cómo me convertí en una chica con anorexia?

Esta es mi historia con Ana y Mia. 
Yo tenía 9 años cuando estaba sentada viendo TV, estaba sola en la sala, mi madre hacía la comida. De pronto pasaron los comerciales en la TV y apareció una publicidad de ropa. Inevitablemente miré a las mujeres que aparecían, en realidad no recuerdo bien, pero ellas eran delgadas. Y a mi me parecía bonito. Esa fue la primera vez que dije "quiero ser delgada". 

Dos años después entré a la secundaria. Yo siempre he sido insegura, tímida, callada; me cuesta mucho socializar, porque siempre he creído que soy fea y que por eso no le agrado a nadie. En fin. Unos meses después de esto, mi vida se volvió un infierno. Prácticamente al cruzar la reja, mi interior me decía "regresa a casa", pero no podía hacerlo. Las chicas me molestaban sin razón alguna y por lo tanto, lo único que me quedaba para no sentirme sola durante clases, era estar con los chicos "rechazados". Sin embargo, siempre me he llevado bien con los hombres, así que tenía muchos compañeros de sexo masculino.
Al salir de la escuela, iba a mi casa diariamente. Mis padres trabajaban de 7am a 7pm. Por las tardes estaba sola, lo cuál me gustaba, porque podía estar acostada todo el día en mi cama sin que nadie me dijera nada. Sin embargo, no comía. No era a propósito. Pero estaba demasiado triste como para recordar que debía comer. Así fue como comencé a ser Ana, sin darme cuenta. 
Algún tiempo después, platicaba con un amigo, que me decía "ellas te tienen envidia, porque tú eres delgada y bonita". Eso me hizo sentir mejor, aunque yo no me sentía delgada y mucho menos bonita. El caso es que yo no quería que me envidiaran, yo quería agradarles, porque quería tener amigas. Me decidí que comería, para no ser delgada y así no me odiaran, pero no podía comer. De repente, la comida me dio asco, repulsión. No sentía hambre. Aunque comía muy poco, a veces la vomitaba porque me daba nauseas. No sabía por qué, siempre creía que me hacía daño o estaba descompuesta. 
Con el tiempo, quería estar menos tiempo en la escuela. Era horrible como me insultaban, ver cosas escritas en las paredes de mí, cosas que jamás había hecho de personas que jamás había conocido. Me daba miedo, sobre todo por una chica, que me odiaba, siempre me buscaba para insultarme. Era como la líder de un montón de mocosas estúpidas que querían joder a alguien.

Recuerdo cuando tuve mi primer novio oficial. Él fue el peor error de mi vida y por otro lado, por él estoy aquí donde estoy y eso lo agradezco. Él era un mujeriego, por lo menos el 70% de las chicas de la escuela habían sido sus novias. A mi en lo personal, me gustaba mucho, pero solo éramos amigos. Y así como empiezan las historias de amor, al principio todo es bonito y hermoso, pero con el tiempo todo cambia. Eso me paso. A pesar de tener tan solo 14 años cuando comenzamos a salir, yo lo amaba mucho (o eso pensaba yo) y él... él tenía mucha seguridad en sí mismo. Me dejó por su ex-novia, me engañó con mi "amiga", y los próximos tres años de relación, me engañó con todo lo que se movía. Mi culpa, siempre era mi culpa. Y bueno, la única culpa que tenía era, haber aguantado tres años de humillaciones. 

Él me quitó todo, mi seguridad, mi felicidad, mi virginidad, etc. Ser delgada era lo único que podía controlar y ahora ya tenía las herramientas para hacerlo. Así fue como conocí a Ana y a Mia, me sentía sola, no podía hablar con nadie sobre cómo me sentía con respecto de mi relación con él y ellas estaban ahí. Me aconsejaron y ciegamente las escuché. Decididamente quería ser delgada, porque a los chicos les gustaban las mujeres delgadas. Pero sobre todo, quería ser perfecta, porque así me sentiría valiosa y mejor.

Recuerdo perfectamente que dejé de comer una semana, solo tomaba agua y agua y agua. Una semana sin comer, no podía dormir, no podía pensar, no podía hablar, no podía escuchar. No podía hacer nada, sin mirarme al espejo y admirar mis ojeras y mis ojos sin color. Mi mirada estaba perdida... yo ya no me sentía dentro de mi, sentía como si todos estuvieran viviendo una vida y yo, yo solo estaba parada. Estaba vacía, literalmente. Unos días después fue mi primer visita al doctor, tenía gastritis (muy leve), estaba baja de peso, mis padres temían que tuviera anemia. Afortunadamente, solo eran principios de anemia. Querían que ganara peso y eso a mi me hacía sentir impotente, porque había logrado mucho.

Mi relación cada vez iba peor. Yo me sentía nada sin él. Y como dije antes, todo lo que aprendido, se lo debo a él. Pues él me dejó y a las pocas semanas comenzó una relación, a los pocos meses ya era padre. Y mi vida dio un giro total. Había salido de la preparatoria, no sabía qué estudiar y me deprimí. Nuevamente caí en la anorexia... pero lo que ahora se conoce como drunkorexia. Los primeros seis meses después de salir de la preparatoria fueron fiestas y fiestas, adicciones y vicios. No comía más que un par de manzanas y a salir a beber, no quería engordar... pero si dejaba de comer pronto se darían cuenta.
La verdad no sé cuando terminó esa época... sólo sé que veo flashasos de recuerdos. 

Con el tiempo pude relacionar muchas cosas acerca de mi problema. Mi hermana tiene sobrepeso y siempre la comparaban conmigo. En mí decaía esa imagen de la niña delgada y bonita. No podía y no quería decepcionar a mis padres. Nunca había hecho nada que no se me permitiera. Y se me permitía ser delgada, siempre delgada y siempre arreglada. 

¿Qué dirían mis padres si supieran que he sido anoréxica la mayor parte de mi vida? No se lo imaginan... siempre han pensado que son lapsos de hormonas alborotadas.

¿Cómo salí de esto? Fue... un milagro, jajajaja. Fuerza de voluntad sobre todo.
Aun recuerdo hace casi un año, que me costaba levantarme de la cama sin llorar antes, no podía ni verme al espejo, la peor parte del día era la hora del baño porque odiaba sentir mi cuerpo. Ahora estoy bien. Algunos días son difíciles, pero ¿quién no tiene días difíciles? 

Las personas que te quieren, nunca te harán sentir mal solo porque sí. Tener baja-autoestima es casi el primer principio para entrar en la anorexia o la bulimia. Yo estoy viva ahora, gracias a mi y mis ganas de hacer algo por las demás personas.

Espero que les haya gustado, sé que no es exactamente una descripción de mis días con la enfermedad, pero eso explica muchas cosas en el fondo. Un beso.

¿Por qué Ana y Mia?

Las personas que tienen anorexia y bulimia, suelen considerar estas enfermedades como un estilo de vida. Así es, así como diariamente tu y yo respiramos para vivir, quien sufre de anorexia o bulimia, deja de comer o vomita para vivir. Se escucha terrible, ¿no? Pero así es esta transformación de la identidad.


Una pregunta muy concurrida es "¿por qué las llaman Ana y Mia?". Bueno, esta transformación de la identidad tiene que ver con que se le den estos nombres a las enfermedades. De cierta forma, se acepta la enfermedad como si fuera alguien real, de carne y hueso, alguien que puedes tocar y escuchar. Se personifican estas enfermedades, para poder seguir los consejos y tips de una amiga real. 
Así como ves a tu mejor amiga todos los días y comes con ella, hablas con ella, la escuchas, le cuentas como te sientes; así es como nosotros vemos a Ana y a Mia diariamente. Les designamos un nombre, para poder interactuar con ellas y verlas reales.

Es importante saber que no son simplemente abreviaciones de Anorexia (Ana) y Bulimia (Mia). Es algo mucho más complejo que eso. Es todo un proceso mental, en el cuál llegamos a ver y sentir a estas dos personas, que nosotras mismas hemos creado. Las nombramos y les damos características específicas, que para nosotros son nuestros modelos a seguir, porque son perfección. Tal vez esta es la razón por la que muchas chicas no reconocen que tienen esta enfermedad. Pues para ellas, todo lo demás no es real. 

Reconocer ciertas señales, su usted es madre o padre de familia, es la clave para poder ayudar a tiempo a sus hij@s. Estas enfermedades son serias y una persona puede vivir años dentro de este mundo tormentoso. 

domingo, 21 de julio de 2013

¿Crees que las famosas son reales?







¿Increíble no? Se llama Photoshop y lo usan en las revistas. Sí, esas revistas que compras todo el tiempo.
¿Ves? No son perfectas. Nadie es perfecto.