Against Ana & Mia

Yo tuve anorexia y bulimia.

Cuando un adolescente se suicida, los demás dicen "estaba loco". Lo que no tratan de comprender es que puede ser tan malo cómo para que una persona decida quitarse la vida.

viernes, 16 de agosto de 2013

¿Cómo me convertí en una chica con anorexia?

Esta es mi historia con Ana y Mia. 
Yo tenía 9 años cuando estaba sentada viendo TV, estaba sola en la sala, mi madre hacía la comida. De pronto pasaron los comerciales en la TV y apareció una publicidad de ropa. Inevitablemente miré a las mujeres que aparecían, en realidad no recuerdo bien, pero ellas eran delgadas. Y a mi me parecía bonito. Esa fue la primera vez que dije "quiero ser delgada". 

Dos años después entré a la secundaria. Yo siempre he sido insegura, tímida, callada; me cuesta mucho socializar, porque siempre he creído que soy fea y que por eso no le agrado a nadie. En fin. Unos meses después de esto, mi vida se volvió un infierno. Prácticamente al cruzar la reja, mi interior me decía "regresa a casa", pero no podía hacerlo. Las chicas me molestaban sin razón alguna y por lo tanto, lo único que me quedaba para no sentirme sola durante clases, era estar con los chicos "rechazados". Sin embargo, siempre me he llevado bien con los hombres, así que tenía muchos compañeros de sexo masculino.
Al salir de la escuela, iba a mi casa diariamente. Mis padres trabajaban de 7am a 7pm. Por las tardes estaba sola, lo cuál me gustaba, porque podía estar acostada todo el día en mi cama sin que nadie me dijera nada. Sin embargo, no comía. No era a propósito. Pero estaba demasiado triste como para recordar que debía comer. Así fue como comencé a ser Ana, sin darme cuenta. 
Algún tiempo después, platicaba con un amigo, que me decía "ellas te tienen envidia, porque tú eres delgada y bonita". Eso me hizo sentir mejor, aunque yo no me sentía delgada y mucho menos bonita. El caso es que yo no quería que me envidiaran, yo quería agradarles, porque quería tener amigas. Me decidí que comería, para no ser delgada y así no me odiaran, pero no podía comer. De repente, la comida me dio asco, repulsión. No sentía hambre. Aunque comía muy poco, a veces la vomitaba porque me daba nauseas. No sabía por qué, siempre creía que me hacía daño o estaba descompuesta. 
Con el tiempo, quería estar menos tiempo en la escuela. Era horrible como me insultaban, ver cosas escritas en las paredes de mí, cosas que jamás había hecho de personas que jamás había conocido. Me daba miedo, sobre todo por una chica, que me odiaba, siempre me buscaba para insultarme. Era como la líder de un montón de mocosas estúpidas que querían joder a alguien.

Recuerdo cuando tuve mi primer novio oficial. Él fue el peor error de mi vida y por otro lado, por él estoy aquí donde estoy y eso lo agradezco. Él era un mujeriego, por lo menos el 70% de las chicas de la escuela habían sido sus novias. A mi en lo personal, me gustaba mucho, pero solo éramos amigos. Y así como empiezan las historias de amor, al principio todo es bonito y hermoso, pero con el tiempo todo cambia. Eso me paso. A pesar de tener tan solo 14 años cuando comenzamos a salir, yo lo amaba mucho (o eso pensaba yo) y él... él tenía mucha seguridad en sí mismo. Me dejó por su ex-novia, me engañó con mi "amiga", y los próximos tres años de relación, me engañó con todo lo que se movía. Mi culpa, siempre era mi culpa. Y bueno, la única culpa que tenía era, haber aguantado tres años de humillaciones. 

Él me quitó todo, mi seguridad, mi felicidad, mi virginidad, etc. Ser delgada era lo único que podía controlar y ahora ya tenía las herramientas para hacerlo. Así fue como conocí a Ana y a Mia, me sentía sola, no podía hablar con nadie sobre cómo me sentía con respecto de mi relación con él y ellas estaban ahí. Me aconsejaron y ciegamente las escuché. Decididamente quería ser delgada, porque a los chicos les gustaban las mujeres delgadas. Pero sobre todo, quería ser perfecta, porque así me sentiría valiosa y mejor.

Recuerdo perfectamente que dejé de comer una semana, solo tomaba agua y agua y agua. Una semana sin comer, no podía dormir, no podía pensar, no podía hablar, no podía escuchar. No podía hacer nada, sin mirarme al espejo y admirar mis ojeras y mis ojos sin color. Mi mirada estaba perdida... yo ya no me sentía dentro de mi, sentía como si todos estuvieran viviendo una vida y yo, yo solo estaba parada. Estaba vacía, literalmente. Unos días después fue mi primer visita al doctor, tenía gastritis (muy leve), estaba baja de peso, mis padres temían que tuviera anemia. Afortunadamente, solo eran principios de anemia. Querían que ganara peso y eso a mi me hacía sentir impotente, porque había logrado mucho.

Mi relación cada vez iba peor. Yo me sentía nada sin él. Y como dije antes, todo lo que aprendido, se lo debo a él. Pues él me dejó y a las pocas semanas comenzó una relación, a los pocos meses ya era padre. Y mi vida dio un giro total. Había salido de la preparatoria, no sabía qué estudiar y me deprimí. Nuevamente caí en la anorexia... pero lo que ahora se conoce como drunkorexia. Los primeros seis meses después de salir de la preparatoria fueron fiestas y fiestas, adicciones y vicios. No comía más que un par de manzanas y a salir a beber, no quería engordar... pero si dejaba de comer pronto se darían cuenta.
La verdad no sé cuando terminó esa época... sólo sé que veo flashasos de recuerdos. 

Con el tiempo pude relacionar muchas cosas acerca de mi problema. Mi hermana tiene sobrepeso y siempre la comparaban conmigo. En mí decaía esa imagen de la niña delgada y bonita. No podía y no quería decepcionar a mis padres. Nunca había hecho nada que no se me permitiera. Y se me permitía ser delgada, siempre delgada y siempre arreglada. 

¿Qué dirían mis padres si supieran que he sido anoréxica la mayor parte de mi vida? No se lo imaginan... siempre han pensado que son lapsos de hormonas alborotadas.

¿Cómo salí de esto? Fue... un milagro, jajajaja. Fuerza de voluntad sobre todo.
Aun recuerdo hace casi un año, que me costaba levantarme de la cama sin llorar antes, no podía ni verme al espejo, la peor parte del día era la hora del baño porque odiaba sentir mi cuerpo. Ahora estoy bien. Algunos días son difíciles, pero ¿quién no tiene días difíciles? 

Las personas que te quieren, nunca te harán sentir mal solo porque sí. Tener baja-autoestima es casi el primer principio para entrar en la anorexia o la bulimia. Yo estoy viva ahora, gracias a mi y mis ganas de hacer algo por las demás personas.

Espero que les haya gustado, sé que no es exactamente una descripción de mis días con la enfermedad, pero eso explica muchas cosas en el fondo. Un beso.

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