Against Ana & Mia

Yo tuve anorexia y bulimia.

Cuando un adolescente se suicida, los demás dicen "estaba loco". Lo que no tratan de comprender es que puede ser tan malo cómo para que una persona decida quitarse la vida.

lunes, 16 de diciembre de 2013

¿Qué es la anorexia nerviosa?

SEGUNDA PARTE
¿Qué es la anorexia nerviosa?
Los anoréxicos, por lo general, saben mucho de nutrición, leen bastante sobre el tema y saben perfectamente cuáles alimentos engordan más que otros, cuántas calorías ingieren con cada alimento, cuales son las proporciones indicadas para adelgazar, etc.
Es importante anotar que las personas que tienen anorexia, bulimia o trastornos por atracones pueden a veces presentar una comorbilidad, es decir, desarrollar otra u otras enfermedades psiquiátricas al tiempo, por ejemplo un trastorno de ansiedad (trastorno obsesivo compulsivo) o un trastorno afectivo (como una depresión). No necesariamente todas las personas que padecen un trastorno de comportamiento alimenticio presentan también las otras enfermedades, aunque sí es común.
Esto quiere decir, por ejemplo, que la obsesión que estas personas tienen por la comida podría constituirse en una problemática extra. Es decir, en otra enfermedad además de la anorexia. La autoestima de los anoréxicos es muy baja. El concepto que tienen de sí mismos depende mucho de la opinión de los demás. Es muy común encontrar a los anoréxicos preguntándole a otros sobre su apariencia física: cómo se ven, cómo lucen, si están bien de peso, etc. Sin embargo, hay un momento en  el desarrollo de la enfermedad en el que las personas con anorexia comienzan a aislarse socialmente. Esto se debe a varias razones: sienten vergüenza de sí mismos, de su cuerpo. Sienten mucha ansiedad frente a la comida, están irritables, por lo general de mal genio, y se vuelven un poco intolerantes con los demás.
También, los anoréxicos pueden hacer de la preparación de sus alimentos todo un ritual. Por ejemplo, podrían limpiar perfectamente de grasa las carnes, cortar porciones milimétricamente porque no deben comer más de la cuenta o esconder los alimentos así no se los vayan a comer. Son muchas maneras en que esto se presenta. Parecerá absurdo, pero a muchos anoréxicos le encanta cocinar. Suelen preparar comidas apetitosas para los demás, se empeñan en que otros las prueben y se las coman, pero ellos no.
Cuando la enfermedad se torna más crítica, las mujeres dejan de menstruar y los hombres pierden el deseo sexual. Muchos pacientes se vuelven hiperactivos, niegan la fatiga y comienzan a hacer ejercicio compulsivamente. A medida que la enfermedad avanza, estas personas se tornan depresivas, irritables, muestran fluctuaciones drásticas en su estado de ánimo. Se convierten en seres muy contradictorias: aparentan una cosa y por dentro sienten otra. Por lo general, tienen problemas para expresar sus sentimientos.
Las personas que tienen anorexia se sienten orgullosas de su condición. Para ellas es un gran logro estar delgadas y poder controlar los alimentos que ingieren. Por eso no piden ayuda y se niegan rotundamente a ser atendidas y a comer. Son completamente reacias a admitir que tienen una enfermedad. Precisamente por esto lo padres y amigos deben insistirles en que busquen el tratamiento indicado. Si los padres o las personas cercanas no son los que se dan cuenta de que la persona tiene una enfermedad y la ayudan a buscar un tratamiento, es difícil que de ella misma surja el deseo de buscar asistencia profesional.
La anorexia nerviosa es una enfermedad seria y muy grave que no debe ser tomada a la ligera. No es raro escuchar a personas con sobrepeso decir que desearían tener anorexia nerviosa para adelgazar. Esta enfermedad no es un chiste, ni un capricho de la persona. Es una dolencia peligrosa que no debe pasar desapercibida. Actualmente, un porcentaje de las personas que tienen anorexia nerviosa mueren debido a las graves alteraciones que sufre el organismo.
La anorexia nerviosa, como ya se mencionó, no es una enfermedad sencilla. Es una enfermedad donde confluyen muchas disfunciones de factores psicológicos, biológicos y socioculturales, que, como un volcán, hacen erupción en la anorexia. De ahí su complejidad para poder llegar a manejarla.
Cuando a una persona se le diagnostica anorexia nerviosa no debe pensar: “Listo, ya sé lo que tengo. Ahora ya me curo”. No. Llegar a manejar el trastorno es un trabajo dispendioso que toma tiempo – hay personas que requieren tratamiento por varios años y supervisión continua por el resto de su vida –. Ésta es una enfermedad que requiere esfuerzo y constancia para controlarla. Además, por lo general las recaídas son frecuentes, de ahí que sea necesario mantenerse alerta incluso después de haber terminado el tratamiento.


GÁFARO Alejandra, Anorexia y Bulimia, Ed. Norma, Colombia, 2001.

No hay comentarios:

Publicar un comentario